viernes, 10 de octubre de 2014

Mi cuerpo pide salsa

A la cocina macrobiótica clásica le falta salsa. Literal y metafóricamente. Y esto es así por varias razones:
  • En sus inicios solían recurrir a ella personas enfermas que seguían una dieta espartana en la que los alimentos y formas de preparación eran limitados
  • La alta cocina, lxs grandes chefs e ideólogxs de platos que parecen obras de arte no se han interesado todavía por la macrobiótica
  • La mala interpretación que lxs macrobióticxs dieron a las enseñanzas de sus fundadores. No comprendieron que la filosofía macrobiótica tiene como base fundamental el principio "lo único constante es el cambio". Y tomaron las lecciones de un momento y lugar determinado y las convirtieron en dogma.
       Y aquí me voy a mojar más...Uno de estos dogmas es que, en general, todxs estamos demasiado yin por una alimentación refinada, con exceso de azúcar y lácteos, entre otras razones. Esto ha llevado a muchxs seguidorxs macrobióticxs de renombre a hacer una alimentación excesivamente yangizante y, con ello, a transformar su manera de ser y actuar y, finalmente, a tener una actitud demasiado estricta y poco dada a la creatividad y al desenfado. De hecho, veo a muchxs macrobióticxs enfadados (jujuju, permitidme la licencia, los juegos de palabras me pierden).

macrobiótica divertida: makis, quiche, salmorejo y lombarda con manzana y pasas
Recuerdo que, en una de las escuelas en las que estudié cocina macrobiótica, le comenté al profesor que, en  aquellos platos, faltaba salsa. En aquel momento lo dije literalmente porque sólo supe ver que faltaban salsitas, aliños y algo "para mojar" pero lo que en realidad percibía era que en aquellos platos falta alegría, "SALSA VITAL".

Claro que yo no soy la única ni la primera en hablar de esto. Disfruto, por ejemplo, leyendo el post de Agnes sobre el consumo de esos vegetales supuestamente prohibidos en la macrobiótica y desmitificando que sean el fruto del demonio.


Y me chifla leer artículos como este, tan frescos y motivadores.
Y por último, celebro a más no poder, este curso de alta cocina macrobiótica que espero poder disfrutar algún día.

GLORIA Y YO OS DESEAMOS SALSSSSAAAA!!!